EL LENGUAJE DE
LOS ANIMALES
La comunicación es de vital
importancia en el mundo animal. Ya que
en todas las especies se necesita negociar acuerdos entre dos o más de sus
miembros, ya sea para aparearse, establecer un orden jerárquico, marcar territorialidad,
establecer turnos en el nido (en el caso de las aves), aliarse para cazar,
comunicar algún deseo…. Por tanto les permite a sus miembros reunirse y
coordinar sus vidas. Su supervivencia
depende de esa sincronización de actividades.
La
comunicación no verbal, nos acerca al resto de los animales y sin embargo el
lenguaje nos separa de éstos. De hecho,
compartimos todo un repertorio de expresiones faciales y gestos con nuestros
parientes más cercanos, los primates. Nuestra comunicación corporal es en buena
parte automática y tenemos poco control sobre muchos actos como sonrojarse,
gesticular…
No
nos sorprende saber que los primates poseen una comunicación de algún modo
cercana o similar a la nuestra, pero cuando hablamos de otros animales nos
resulta impensable que también puedan poseer una comunicación elaborada y
compleja, sin embargo numerosos estudios han mostrado que realmente la tienen.
Algo
que se intenta resolver en etología, es la línea entre comunicación innata y
aprendida, ya que hay muchas señales que son típicas de una especie y se
desarrollan de modo natural en todos los miembros de la misma, es decir,
patrones fijos de conducta instintiva, sin embargo esta línea es borrosa. Se ha
visto que hay influencia tanto genética como ambiental.
El
estudio de la comunicación animal nos acerca a un mundo increíble lleno de
diferentes sonidos, colores, incluso señales eléctricas que muchas veces nos
resultan difíciles de comprender. Tan impresionante es la forma de producir
dichas señales, vocalizaciones… como el sentido con el que las realizan. Así pues encontramos ejemplos apasionantes
como las sepias y calamares (cefalópodos), capaces de controlar el pigmento de
su piel y enviar mensajes de este modo. Estos animales cuentan con un
repertorio potencial de hasta 300 diseños, así los machos pueden mostrar que lo
son, y las hembras su disponibilidad a aparearse. Las hembras de cierta especie
de pulpo desarrollan células luminiscentes, que se disponen alrededor de su
pico como un pintalabios de color verde, y que pueden atraer a los machos.
Por otro lado en el mundo de los insectos, las abejas exploradoras son capaces de enseñar la dirección y distancia de la fuente de alimento mediante una danza en la que describían un “ocho”, contorneando sus abdómenes. Es interesante también cómo los grillos machos anuncian su presencia mediante el canto (que consiste frotar entre sí las bases delanteras de sus patas) específico de sus especie, y la hembra responderá, siendo muy discriminatoria con la especie, distinguiendo incluso llamadas del híbrido exactamente igual a ella. Una forma curiosa de comunicarse, es la de las moscas de las piedras, las cuales utilizan el abdomen para golpear o frotar el suelo. Sorprendente es también, cómo el macho araña debe convencer a esta de que no es una presa punteando una canción de apareamiento en las cuerdas de la telaraña de la hembra, aunque aparecen también relacionadas con esto muchas conductas llamadas “señales engañosas”.
Muchos estudiosos de estos campos, se han
centrado en los dialectos de los cantos de los pájaros, ya que es en uno de los
ejemplos que más clara se ve la influencia
genética y ambiental, y cómo
aprenden los cantos de los vecinos.
Una de las cosas más fascinantes
es el silbido-firma que presenta cada delfín y que se parece más entre
madre-hijo que entre madre-hija lo que hace pensar que podría tener alguna
relación con el cromosoma X. También llama la atención la capacidad de las
ballenas para realizar cantos infrasónicos que pueden oír a kilómetros, al
igual que los hipopótamos los cuales tienen dos canales de comunicación uno
subacuático y otro aéreo.
Se puede observar cómo cada
grupo animal se organiza de forma
diferente mediante manadas… algunos con relaciones más estrechas entre los
miembros y otros menos. Por otro lado, vemos,
como muchas veces cuando un macho se preocupa de mostrar sus mejores
cualidades a una hembra, hay otros oportunistas que se aprovechan y actúan como
impostores para conseguir a la hembra sin tener que mostrar nada. Vemos también
la presencia en ocasiones de señales engañosas que realizan para hacerse pasar
por miembro de una especie y depredar a la pareja del mismo.
Muchos
son los experimentos que se han realizado para saber si podemos comunicarnos con los animales. La dificultad reside en las
diferencias en nuestros “lenguajes” o formas de comunicación. ¿Cómo podemos tener
la certeza de que un animal nos está entendiendo? ¿Cómo se puede enseñar a un
animal a comunicarse con nosotros si no poseen nuestras mismas reglas
gramaticales? ¿Podría un animal aprender a comunicarse con nosotros totalmente?
¿Cómo podemos comparar comunicaciones tan diferentes? Son incógnitas que muchos
etólogos se plantean, algunos estudios poco
a poco abren nuevos caminos que nos van
descubriendo nueva información. Lo que está claro es que la comunicación está
muy presente en el mundo animal, y que va mucho más allá de lo que podemos
imaginar, ya que muchas de las
capacidades de comunicación animal están infravaloradas.
Fuente: Stephen Hart, "El lenguaje de los animales"
Amaia Autor Cortés
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